martes, 12 de marzo de 2013

Fundación y Refundacion..... San Salvador




LA CONQUISTA
En junio y julio de 1524 un puñado de soldados de ultramar al mando de Don Pedro de Alvarado penetró en el corazón de la Ciudad de Cuscatlán, en cuyo centro ceremonial aquellos aventureros españoles  incaron enhiesto el Pendón de Castilla y la Santa Cruz. La alegría de haber llegado a la metrópoli pipil, que al decir de un antiguo cronista “fue célebre por sus riquezas y el poderío de sus príncipes”, duró apenas el fulgor de una aurora.
Ante los desmanes y tropelías de los invasores extranjeros los Cuzcatlecos se alzaron en armas y se replegaron a las montañas vecinas.
¡Sólo diecisiete días logro permanecer aquí el soberbio Tonatiuh!Mal herido y en trance de muerte, con once caballos menos, con muchos lisiados y sensibles bajas de españoles e indios auxiliares o amigos, sin
apoyo logístico y afrontando otras circunstancias adversas el conquistador ibero tuvo que reconcentrarse en TecpanGuatemala o Iximchée y dejar para una futura oportunidad la conquista de los pueblos pipiles de El Salvador Precolombino, la conquista de un pueblo noble y generoso, “que supo ser el primero en la guerra pero también el primero en la paz.
EL ACTO FUNDACIONAL.
En 1525 llegaron a estas proximidades -allí, donde hoy está Antiguo Cuscatlán, a orillas de un maare o cráter de explosión llamado "Puerta de La Laguna" el capitán don Gonzalo de Alvarado y un pequeño contingente de soldados que no sobrepasaba las cincuenta unidades.
Traía la orden, de su hermano Don Pedro, de fundar en estas latitudes una colonia de españoles con el título de villa y el nombre de San Salvador.
Diego de Holguín era uno de los alcaldes ordinarios del nuevo burgo. La villacampamento se estableció en el casco de Cuscatlán alrededor del 1º de abril de 1525, pero más sobre los lomos de las cabalgaduras que sobre el inestable suelo de estas comarcas.
No sabemos, en verdad, quien fue el capellán de la columna fundadora; pero sí inferimos que la iglesia de la nueva colonia fue puesta bajo la advocación o adoración del Santísimo Salvador del Mundo, cuya festividad litúrgica en memoria del milagro bíblico de la transfiguración del señor en el Monte Tabor celebra la igl
Pocos meses después, ante la imposibilidad de resistir con éxito la formidable insurrección indígena de recibir adecuados refuerzos, la villa se despobló y sus moradores se trasladaron a Guatemala.
REFUNDACIÓN DE LA VILLA
En 1528 el teniente de gobernador y de capitán general Don Jorge de Alvarado envió una segunda expedición fundadora hacia "la provincia de guerra", que los españoles habían identificado como "la provincia de Cuscatlán". Al frente de ella figuraba su primo hermano el Capitán Diego de Alvarado y 72 soldados, quienes después de vagar por estas tierras y ante la imposibilidad de establecerse en la indómita Cuscatlán escogieron para asiento de la nueva urbe uno de los pajares menos aparentes: el valle de La  Bermuda, a unos 8 Km. Al sur del fuerte núcleo indiano de Suchitoto.
Aquí se refundó la villa de San Salvador el 1º de abril de 1528 y asieron la vara edilicia los alcaldes ordinarios Antonio de Salazar y Juan de Aguilar; y ese mismo día, con los servicio el tributo a la Madre Tierra en estos ignotos dominios de Su Majestad el emperador Carlos V de Alemania y I de España.
LA ALDEA
En 1639 los españoles, principalmente las fuerzas comandadas por los encomenderos mariscal Pedro Núñez de Guzmán y Antonio Bermúdez, lograron, ¡por fin!Terminar con la férrea resistencia de los indígenas en las montañas y colonias de la Cadena Costera.
A raíz del inevitable fin de la resistencia indígena, los vecinos de la villa de San Salvador se fueron trasladando lenta, pacífica y progresivamente del valle de La Bermuda al Valle de Zalcuatitán, que bautizaron con el plástico nombre de "Valle de Las Hamacas"; y tales emigrantes se establecieron en las márgenes del río Acelhuate, en la hondonada comprendida entre las cuestas del Palo Verde y de La Vega, donde construyeron un próspero villorio al que nombraron "La Aldea".
"La Aldea" progresó rápidamente, mientras la villa se extinguía. En La Bermuda llovía con exceso, los rayos abundantes incendiaban las viviendas, el terreno era muy barroso, el paraje estaba al margen de las vías naturales de comunicación, y en la urbe ya sólo quedaban sus autoridades municipales y contados vecinos. En cambio, "La Aldea" estaba ubicada en tierras feraces aptas para la agricultura, cerca del mar y reunía otras condiciones indispensables a la formación de un gran centro de civilización europea.
LA MUDANZA
En 1545 las autoridades edilicias de la villa de San Salvador recibieron autorización de la Real Audiencia de los Confines, presidida por el Licenciado Alonso López de Cerrato, para mudar la colonia de La Bermuda al valle de Zalcuatitán o de las Hamacas.
Transportando los archivos de la comuna, las imágenes campanas y otros objetos del culto sagrado, bántulos y animales domésticos, los últimos colonos emprendieron la fatigosa marcha a lo largo de las diez lenguas que separan a los dos mencionados lugares.
Congregados todos los colonos en la explanada próxima y al norte de "La Aldea", en el borde de un extenso valle, se procedió al trazo de la nueva urbe. La plaza ma Las Casas Consistoriales, estafeta de correos y cárceles públicas se edificaron en la manzana situada al Sur, hoy plazoleta de aparcamiento. En el frente de las manzanas ubicadas al Norte y Oeste, destinadas al comercio, se construirán amplios portales con
marcadas mudéjar.
LA CIUDAD
En 1546, mientras se edificaba afanosamente la tercera villa de San Salvador, los procuradores Alonso de Oliveros y Hernán Méndez de Sotomayor, en nombre y representación del Cabildo salvadoreño gestionaban en España, para dicha población, el título de ciudad.
Consecuencia de dichas gestiones fue que el 27 de septiembre de 1546 mientras el emperador Carlos V de Alemania y I de España se hacía fuerte en la plaza de Marheim, el Secretario de la Real Corona Juan de Samano presentaba en Guadalajara al infante don Felipe, el príncipe heredero, una Real Provisión expedida en nombre de su ausente y sacra cesárea majestad, documento por el cual se elevó a una lejanísima e insignificante villa de las Indias Occidentales a la jerarquía de ciudad de los reinos de España, "para que se ennoblezca y otros pobladores se animen a ir a vivir en ella".
PRIMER ALCALDE DE LA CIUDAD DE SAN SALVADOR
Diego de Holguin, fue primer alcalde de la Villa de San Salvador, según consta en libros históricos, Don Pedro de Alvarado se presentó al cabildo de Guatemala, el 6 de mayo de 1525 a pedir se nombrará regidor a Francisco de Arévalo, en sustitución del Capitán Holguin, el cual se fue a vivir en la Villa de San Salvador, como su alcalde.
Según el historiador salvadoreño Doctor Rodolfo Barón Castro señala que éste nació entre 1486 en un pueblo español llamado Tona o Sona. Y vino a América muy joven, instalándose en la Española, hoy Santo Domingo en el año 1506, desde don Caído el imperio mejicano, Centroamérica se constituyo en República Federal y El Salvador en uno de sus Estados, el 12 de junio de 1824 San Salvador fue erigida en capital del Estado de El Salvador. De marzo a septiembre de 1828, resistió invicta el sitio que le impuso el ejército federal.
San Salvador fue capital de la Federación Centroamericana de 1834 a 1839 y fue destruida por el terremoto del 16 de abril de 1854 y Durante la colonia, los pueblos salvadoreños fueron destruidos por los desastrosos terremotos de 1575, 1592, 1625, 1648, 1719 y 1815.
Después de la Independencia 1821, la población de la Ciudad de San Salvador residía en barrios en los alrededores a la Plaza Mayor, hoy Plaza Libertad y de la Plazuela Santo Domingo, Hoy Gerardo Barrios, El Barrio El Calvario, era el más populoso, Candelaria, La Vega, El Terrente, hoy Barrio San Esteban, La Ronda hoy Barrio Concepción, San José y Santa Lucía.
CENTRO HISTORICO
En el área donde hoy se encuentra la iglesia El Rosario, se edificó la primera parroquia, frente a ella se construyó la Plaza Mayor que después cambió su nombre a Plaza de Armas, luego Plaza Dueñas y actualmente Plaza Libertad. Frente a este parque se erigieron los portales con fines comerciales y en el
estacionamiento del parque estaba el cabildo y los edificios públicos; en la periferia se instalaron las residencias de los españoles. De esta manera esta zona se convirtió en el centro de poder político, económico y religioso de la época. Posteriormente los edificios públicos y religiosos fueron instalados frente a lo que hoy es la plaza Gerardo Barrios (antes Santo Domingo) donde se construyó la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, pero la mayoría fue destruida por terremotos por lo que no ha quedado ningún vestigio de la época colonial, manteniéndose sólo las construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX.

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